Poesía: El todo poético 13

 

El todo poético 13


La luz ultravioleta, por poner un ejemplo, siempre va a ser luz ultravioleta porque ella está hablando un lenguaje cósmico. La luz ultravioleta no puede ser agua. ¿Cómo cambia la materia? El universo se asocia, choca, rompe, explota para dar a luz a algo nuevo. Lo sinusoidal es constante lo que cambia es la frecuencia. Por lo tanto, el universo es multicambiante, cambia muchísimas veces. Miles de cosas ocurriendo. El cambio no depende del tiempo, porque este último no existe, pero el cambio sí. Es evidente.

 ¿Por qué la luz viaja en onda y no en línea recta? ¿Por qué fluctúa? Me refiero a que, si lo más rápido conocido en el universo para el hombre es la luz, entonces la onda debe ser extremadamente importante en la creación. La luz es un hilo excitado de la materia. El problema está en tratar de explicar la luz en forma matemática, porque la luz, longitud de onda y partícula, ambos conceptos se sustentan en el tiempo como variable, y ya he explicado que el tiempo no existe.

La luz es una substancia extremadamente dócil que se corta con el más mínimo obstáculo, bien sea un planeta o una hoja, la luz se desviará con la misma dinámica. Pero viene la pregunta de ¿por qué ir tan rápido? ¿Qué es tan urgente para la luz? La premura de la luz parece estar conectada con la proyección de la realidad. Hay algo relacionado con la luz que es esencial: ella no determina la realidad. La luz enciende al universo, porque el universo debería ser mirado, según el algoritmo inicial. En consecuencia, alguien ha pensado en lo creado como algo en constante comunicación. El acto creador mantiene informado al universo, no hay puertas cerradas en el universo, por el contrario, es un campo abierto donde florecen los más hermosos destellos. No hay misterios en el cosmos, solo fenómenos que no pueden ser comprendidos ni experienciados por los seres humanos, debido a lo primitivo de sus procesos neuro-biológicos.

Las ondas son una fuerza anímica que viaja por la materia. La onda es información pura trasladada a través de un medio, incluyendo el erróneamente llamado vacío, tal como se conoce. El pulso es el paquete de información, y la longitud de la onda determina su carácter. El patrón de desplazamiento es el lenguaje mismo; la consistencia del cual estamos hablando. La cuerda necesita que la perturbación sea constante. De esa manera viaja la información que puede ser decodificada por el hombre. Pero incluso las ondas son aproximadas. Cuando suenas una cuerda difícilmente sonará un LA de forma infinita. En condiciones de laboratorio podría comprobarse algunas hipótesis innecesarias, como que en un estado ideal la cuerda pudiera vibrar infinitamente en la misma frecuencia, con la misma longitud de onda. Sin embargo, sabemos que en la realidad eso no existe. La medición de los terremotos o la afinación de los instrumentos de cuerda son la prueba más fehaciente de que la vibración y las ondas nunca son iguales una a otras. Ellas responden a un impulso excitado. Ese impulso se mueve formando bandadas de energía que vuelan a través de nuestros sueños. Todo es una proyección, sin embargo, cuando apago la luz aun puedo tocar mis manos. La luz no determina nada, pero, sin la luz, nunca hubiésemos podido ser humanos. Por lo tanto, la ausencia de luz en los humanos por períodos prolongados no está bien estudiada, no obstante, sabemos los terribles efectos en los huesos que genera estar lejos de la luz solar por mucho tiempo. El ser humano se enciende con la luz también.

Dejar vivir al bit es más inteligente que tratar de capturarlo. Hay que comprender la naturalidad en el movimiento del cabello. La realidad no es literal, el rostro humano es desigual, no existe nada exactamente igual, pero sabemos qué es un mono y qué es una ballena. Esto es, dentro de la desigualdad hay conglomerados o paquetes de información que comienzan a forman patrones o señales distintas. Para formar y reproducir digitalmente el movimiento del cabello, se necesitaría un procesador descomunal para repetir tal comportamiento, emularlo a la perfección. El ser humano es tan maravilloso y aun así no existen excentricidades en la materia. El cerebro es lo que necesita ser, el ojo o el oído. Se debe entender cómo recibe información el átomo, entender ese lenguaje para poder entender su dinámica. Si el hombre lograra domesticar al átomo, -cosa que es altamente improbable con esta tecnología actual ya que el átomo se comporta de una manera distintas a los principios matemáticos-físicos que conocemos-, pudiera suceder un cambio importante en el planeta. Podríamos crear agua y aire suficiente para tener un sistema de vida limpio y agradable. Pudiéramos crear la comida y un árbol de manzana. La domesticación del átomo es la lampara de Aladino. Es el cuento del Rey Midas, pero sin síndrome de abstinencia.

Si pudiéramos darles una instrucción correcta a los átomos podríamos modificar el universo, y tengo mis dudas que el diseñador de un software comparta sus códigos con el señor que maneja su automóvil. Yo dudo de forma categórica que alguna vez tengamos la autoridad para modificar al universo de forma cósmica. Crear soles o eliminar planetas. El ser humano jamás tendrá esa autoridad. Pensemos en un taladro del tamaño de la luna. ¿Cuánto costaría? ¿Cuántos años tomaría crearlo? La luna. Quiero dejar esta reflexión acá porque hay quienes se aferran a la idea de que algún día podrán encontrar respuestas a las preguntas superiores. Y esas preguntas jamás van a ser contestadas. En términos humanos, es estadísticamente improbable que eso suceda. Es imposible crear una estrella.

Las ondas son inteligentes. Ellas tienen una función principal, transmitir una información. Quién perturba al medio puede domesticar a la onda como lo han hecho los músicos con las ondas transversales y las ondas longitudinales. Las ondas longitudinales y transversales están conectadas. La prueba de ello es que si perturbas la cuerda de una guitarra se necesitará a su vez un aire perturbado que expandirá el sonido. Entonces se genera un efecto dominó. Sin las ondas longitudinales no sonaría la cuerda por más vibración que exista en ella. Sin las ondas longitudinales no existirían los terremotos, por más asombrosa que sea la fractura en las profundidades de la roca. El mineral asombroso que es la materia oscura del universo es el límite del conocimiento. El ser humano en su ínfima capacidad cerebral no puede aún determinarlo. De hecho, a estas alturas de la ciencia, pudiéramos decir que incluso ha sido desestimado. La materia negra del universo está hecha con los mismos materiales de la conciencia o el alma.

A partir de lo dicho anteriormente podemos distinguir una de las características más deslumbrantes del Universo. El universo es comunicación. No existe nada que no esté en movimiento por eso la física está errada, primero porque el laboratorio es una ilusión, una utopía. En realidad, no hay ninguna partícula estática que va a ser modificada por una fuerza exterior que más tarde llamaremos perturbación. Todo el universo está perturbado. El universo, en esos términos, es perturbación. Como ya dije anteriormente, hasta las rocas tienen su lenguaje.

Hay que tener cuidado con desestimar la importancia de la ciencia, porque es a través de ella que hemos podido pensar en la posibilidad de destruir un asteroide que eventualmente pueda impactar contra la tierra. La única forma de conocimiento que nos da esa posibilidad es la ciencia. Sin embargo, estamos hablando de asteroides de pequeño tamaño. Un asteroide de dimensiones cósmicas difícilmente pudiera ser detenido por ninguna forma de conocimiento producido por el hombre. La ciencia es un alfiler en la luna.

Todo vibra. No hay nada que no vibre como he demostrado. Sin embargo, hay algo en la perturbación inicial que determina el trayecto del movimiento de la materia que la ciencia ha denominado onda. Cuando en una guitarra suenas un MI y un LA al mismo tiempo, las vibraciones se mantendrán igual pese a la fuerza que provoca las ondas longitudinales. El LA y el MI siempre será LA y MI, a pesar del fenómeno armónico que puedan generan, cada nota que suena en una cuerda se mantendrá así siempre. Entonces lo que hemos llamado afinación, que no es más que la tensión correcta en la materia sobre una masa, es lo que determina el sonido de una nota musical. Lo que quiero decir es que el universo tiene una afinación específica, cada planeta, cada río, cada árbol, todo tiene una tensión que lo hace ser él mismo.

Esta tensión que se genera a nivel atómico, genera una compactación de la materia que al ser perturbada producirá un sonido específico siempre. Tomando como ejemplo la guitarra nuevamente, la vibración del MI comienza a excitar (a perturbar) el LA, pero el LA siempre sonará, independientemente de estar siendo excitado por una vibración en MI. Lo que quiero decir es que el MI no anulará al LA, ni el LA al MI, por el contrario, el sonido del uno promueve el sonido del otro. Por lo que podemos decir que el universo es una gran sinfonía. El todo poético es un concierto.

Las ondas y las partículas, son ejemplos muy primitivos para explicar el movimiento de la luz, por solo mencionar un ejemplo. Ella se mueve de manera asombrosa como un manto dinámico que envuelve todo a su paso.

El movimiento es información, ya que como dijimos anteriormente el universo es comunicación. La forma como el universo se comunica es evidentemente mucho más fantástica y maravillosa de lo que ciencia ha podido demostrar. Todos sabemos que al final, una partícula recibe mucha información al mismo tiempo. Para hablar en términos científicos una partícula siempre está siendo excitada longitudinal y transversalmente. La partícula procesa millones de vibraciones. Pero la cuerda siempre va a sonar en una afinación específica, dependiendo de su composición, tensión, etc. Por eso el universo es estable en sus términos, porque el universo tiene una afinación que le es propia.


EL CENTRO DEL PIXEL, una selección de poesía inédita del escritor venezolano Carlos Zarzalejo. Parte de su obra poética: poemas en verso y poemas en prosa. 

Comentarios

terriblemente hembra ha dicho que…
Me gusta tu definición de luz; la materia sonrojada; sus hilos la delatan.