Poesía: La nada significante 1-3

 


        

NADA SIGNIFICANTE


a Carl Sagan in memorian





De repente uno mismo,
íngrimo,
por dentro,
no logra hallarse con sus propias manos.


Antonio Preciado


I

 

El universo crece poco a poco. La atmósfera se adapta. Nace el lenguaje. Decir nos aproxima a lo humano. Invocamos a la lluvia. Nos ahorcamos de un pin.

Las piedras se agrupan sobre el carbón de nuestros pensamientos. Un pequeñísimo grano de arena abandona la roca y construye su lenguaje. La materia deslumbra siendo ella misma.

Así es el amor; como una playa, como tu nombre en mi palmera.

 

II

 

La voz vibra igual que todas las cosas. Una piedra es un ser quieto. Cuando le hables, acércate solo un poco como si fueras una perdiz. Guarda distancia pero mantente desnudo.

Somos ondas. La torre de los algoritmos ilumina más allá. La inteligencia es hacia adelante, lo hemos aprendido de los caballos: la forma de dejar guindada la libertad en los circos agitados de la ropa. Telequinesis.

El viento siempre regresa con el olor que has cortado y descansa en los ojos de las golondrinas; inventa lenguajes. La vida eterna se asemeja a un edificio de legos. En una canción de cuna duermen las piedras.

La sal que vestimos en los labios juega con el sollozo de las flores; entonces te llamo, te llamo por el nombre que desliza por tu cuerpo.

 

III

 

Todo se puede configurar con la voz. Las hojas que salen de la garganta acarician el humus que cubre tu piel. Un lugar muy parecido a una piedra se encuentra en nuestros cerebros. Las piedras enseñan la paz, pero si las arrojas, hieren.

Es importante conocer la vibración de cada palabra para no romper los vidrios del hogar. Estamos elaborados con una sustancia que puede llegar a erizarse. Al principio y al final todo es exactamente lo mismo. Hemos tratado de domesticar la fuerza que mueve las moléculas con el aliento; soplar las manos, amasar el corazón que late entre las espinas.

Lo que se pronuncia es una instrucción. Cuando caminas se abren las palmeras de tu cuerpo. El desastre causado por una bomba no puede pasear entre los helechos. El amor es instrucción y todo lo que se le suba por la ventana es una enredadera.

Podemos pedirle a una planta que no crezca, como a los bonsáis, pero tiene que haber confianza y respeto. Para los elementos somos inmigrantes en un país donde las cosas ya tienen nombre; comunicarse es convivir. El que despierta, expresa los sonidos de las ramas que encienden la noche. Se levanta, atraviesa la camisa y desafía las calles.

Si el cuerpo no está bien, lo descanso. Le mando buena información con el agua. Lo muevo lentamente haciendo círculos, como en un cuadro del maestro Velázquez. Hemos presenciado el siglo donde hay más bits que palabras. Opera un remolino simplificador que es insuficiente. El cosmos ya conoce nuestro lenguaje.



EL CENTRO DEL PIXEL, una selección de poesía inédita del escritor venezolano Carlos Zarzalejo. Parte de su obra poética: poemas en verso y poemas en prosa. 


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