Poesía: El todo poético 12
Una escena de amor. No hay nada fuera del amor porque
toda la creación está hecha de amor. El amor como sustancia y como fuerza
primaria. Entonces el amor siempre es creador. Todo es amor, incluso los
dioses, y las historia sobre la creación. Todo es parte del mismo asunto que es
el amor. Lo que llaman odio es solo una expresión del amor. Amas tanto que
odias. Amas tanto que el amor se convierte en odio. Entonces vienen las
colisiones que hablábamos al principio y que son el algoritmo perfecto de la
creación. Se destruye algo y nace algo nuevo. Es caer hacia adelante y
aprovechar esa fuerza para derrotar al contrario. Caes hacia adelante no hacia
atrás. Tu caída es un ataque.
El amor es la fuerza primaria del cosmos, por lo tanto, el amor es dios como se ya se ha dicho, y la creación toda es el amor repartido de forma armónica por el espacio. Es muy difícil entender esta idea en un mundo que aún se debate entre lo primitivo y lo moderno. La primera dificultad que enfrentamos los humanos es la agresión, y yo quiero pedir perdón porque yo he agredido y yo entendí la fuerza bruta como un medio para llegar a la paz. Más tarde entendí que la paz alcanzada por la fuerza es una paz a medias. Es una paz fingida como las sonrisas de papel. La paz es un bien colectivo que la humanidad entenderá y evolucionará, incluso en nuestro ADN. Él se transforma, por eso cada vez somos más adaptativos. EL ADN es un código inteligente porque se reescribe, -yo no sé cómo hay tantos científicos que no pueden entender esto-.
No ames demasiado. No odies. Es lo más importante que nos puede haber dejado el cosmos como forma de conocimiento mismo. Esto es: el universo ama, pero no exagera. El universo es fastuoso pero equilibrado y discreto también. No es una fiesta pirotécnica en su conjunto, aunque domésticamente sabemos que hay microcosmos como las estrellas donde se desatan las más increíbles explosiones de energía. Hablamos simplemente a niveles estadísticos, una galaxia es un destello, un sol es la nada significante. La nada significante es ese punto donde incluso microscópicamente habitas tú como cocreador del universo. La nada significante es reescribir el espacio entre Dios y la cordura, entre el hombre con sus distintos trajes de amarillo y las estrellas, -expertas en el arte de crear sueños-. nada significante es el crecimiento natural del universo, que llamaremos expansión, para no asumir que hay un espacio más allá donde el universo deba o pueda crecer, porque como ya se ha demostrado, el universo es el todo.
La nada significante, pues, implica hacer un truco con las mismas herramientas que nos ha dado el universo y así hacer creaciones maravillosas, eso que hemos denominado civilización. La nada significante y el concepto de máximo potencial posible está muy relacionado, ya que entre eso que sé y eso que debo saber hay una distancia, lo cual es el fundamento de lo que posteriormente denominaré la nada significante. Y digo posteriormente porque nadie sabe qué hay entre la nada y lo que realmente existe, es una distancia inimaginable.
La nada significante se presenta como una forma de alcanzar la vibración del amor porque todo vibra dentro del amor, pero no todo vibra en su frecuencia. Es inimaginable algo que esté fuera del amor, esto es, lo que está fuera del amor es una nada obscura, una nada donde habitan los sueños y las pesadillas más horrendas y más allá, lo que aún no hemos imaginado. Si es posible que un venado muera a manos de un cazador, hay que imaginarse pues los estallidos de fuerzas a niveles cósmicos que se dan en el universo, y que son simples eventos siempre. No hay nada que atente contra el universo, así que todo lo que sucede siempre es infinitamente pequeño para el universo. Estadísticamente no hay nada que supere el tamaño del universo, pero para ser más precisos, los eventos cósmicos todos juntos incluso, son ínfimos comparados con el Universo.
La nada es el poema del universo, es el cuento que lee Dios para hacer dormir a las galaxias. Es un cuento como los cuentos de miedo humano. Te hablan de una vacío donde caerás, de una pared altísima que nadie ha logrado subir, un río tan hondo al cual nadie ha podido llegar, porque en el fondo hay culebras con dientes muy afilados, que usan rayos que se comportan como el fuego, pero debajo del agua, y que tienen una jefa que se llama Lady Vash.
El comportamiento humano es extraño, me refiero esta vez a cómo se comporta el hombre con respecto al universo ínfimamente conocido a través de telescopios y sondas. Somos weirdos, raritos y damos miedo. Por eso es muy difícil pensar qué pasaría si los planetas fueran seres humanos. Si el universo fuera controlado por la inteligencia humana quedarían solo dos galaxias.
Entonces hay algo que, sin duda alguna, no se corresponde con lo creado. Me refiero, y pido disculpas por mi reiteración, al universo conocido hasta ahora por los humanos. El universo es romántico a su manera. Quien sepa apreciar el colorido de un amanecer aprenderá a decir gracias. No sabemos a quién hay que darle las gracias, pero obviamente hay una inteligencia suprema que gobierna el todo. Alguien que diseñó las rosas y las abejas. Alguien que diseño las puestas del sol. Por lo tanto, mi trabajo es enteramente romántico porque quiero girar siempre como gira el universo.
Girar como gira el universo no es tan fácil como parece. El hombre naturalmente tiene intenciones distintas porque el cerebro aún está en un estado primitivo. Hay quienes ven un venado y ven a un asado moviéndose. Hay quienes se creen inteligentes por crear armas más destructivas. De verdad hay gente que cree que explotando al débil ganas poder. Es en serio, eso está pasando.
Definitivamente es posible vibrar en la frecuencia del amor. Para ello es preciso volver a la esencia de uno mismo. Dejar monolitos de acero en el desierto como en los orígenes, siempre volver al origen. Tenemos que volver a pintar las cavernas, y dejar los símbolos que hemos aprendido. Dejar claro en lo que se ha convertido una A, o el sol.
EL CENTRO DEL PIXEL, una selección de poesía inédita del escritor venezolano Carlos Zarzalejo. Parte de su obra poética: poemas en verso y poemas en prosa.
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