Poesía: La Noche - Patty Smith y Tom Verlaine | traducción de Carlos Zarzalejo
La Noche
Patty Smith y Tom Verlaine
Traducción: Carlos Zarzalejo
Nota del traductor
La noche es un poemario enigmático. Lleno de símbolos y referencias esotéricas, nos invita a pernoctar bajo las estrellas que brillan en la poesía. Es decir, es un libro que, a pesar de su furia, no renuncia a su ferviente cuidado de las formas literarias.
Sin embargo, en la noche, no existe la menor pretensión de alcanzar un registro ostentoso. La palabra se presenta real y cristalina como niños que juegan con la muerte. Simplemente, niños. Tan sencillo como que ellos dejan salir fácilmente globos oculares de los alvéolos de sus frescas caras rosadas y las envían aleteando a través del espacio como una pelea de pequeñas bolas de nieve. Entonces, lo primero que pudiera afirmar es que la noche son un par de niños persiguiendo mariposas en los surcos de las cosas. Dibujan, corren, se golpean y juegan con cuchillos.
Esos niños crecen y se hacen adultos a lo largo del libro. Se besan con furia. Se aman sin piedad. El chico confiesa: “Yo le abro los dientes con fuerza con el pulgar y el índice y se lo meto hasta la garganta”. Por eso la noche no es un libro que tiene la sutileza de un prestidigitador, sino la determinación de leñador.
Por momentos aparece la vejez como una sombra nocturna. El anciano se asoma por la ventana y se pregunta. La vida parece carecer de todo sentido y a ratos se escucha el silbido cortante de un poeta que pasa una temporada en el infierno. Es un libro que se pasea por el simbolismo, pero no tiene miedo de coquetear con el beat.
Finalmente, puedo decir que la noche ha cometido un crimen, y regresa todos los días a ver dónde están los sesos de lectores, como un despiadado arsenista.
Carlos Zarzalejo
ISBN 0 85652 024 1
i
yo solo examino la doctrina de los árabes de Marruecos. la noche posee 22 propiedades: 11 santas y 11 satánicas. cubrirá y aleteará como el ángel cubre, y aun así profanará la misma puerta de una mezquita con la fría luz de una luna.
22/11/11
El libro estaba en mis manos. Pero anhelaba una emoción menos sutil. He de urdir una envidia tan fuerte que su objeto desaparecerá.
i
el alma con la forma de un joven
vestido con un abrigo de leche...
el corazón con la forma de su amante—
un muchacho gentil de piel azulada...
la noche con la forma de una mujer negra
que desciende sobre los chicos dormidos
y los convierte en sus esclavos.
ii
¡Desorden magnético!
¡Exhalación brutal! Respiro y respiro
como un campanario que se desploma. ¡El viejo estilo
me cubre como una manta de agujas.
iii
nieve nocturna. colinas de esmalte embadurnadas con sangre.
la víctima despojada y luego adornada con un vestido de
toallas perforadas. simples colinas cubiertas de crías
de pájaros. niños de manos rudas se inclinan y
los arrancan, pero los frágiles cráneos se astillan
como esculturas de hielo en palacio. la víctima examina
finas redes de membranas heladas y con
horror mudo hace gestos a los niños.
niños. tan siniestros que son plenamente
conscientes de su propio poder, niños. tan
hábiles que extraen con facilidad los globos oculares
de las cuencas de sus frescas caras sonrosadas y los lanzan
por el espacio como una lluvia de bolas de nieve en miniatura.
iv
Oh no, no esto otra vez.
Sin patrón. Sin temperatura.
¿Está desesperado el vacío?
Violines en la noche
v
la víctima tantea en silencio en el ojo de la ventisca.
ahora cegado por la nieve, es improbable que recupere
el sobre de cuero que guarda oreja y lengua.
vi
La desesperación invita a lo sobrenatural. El anciano salta por la ventana
y se descubre ingrávido, riendo. La ventana es ahora un gran par de labios
que susurran: “Haz que algo ocurra aquí”. El anciano no logra
hallar su cuerpo, pero reconoce su voz. El anciano halla
esos mandatos insípidos.
“Tuviste tu oportunidad”.
El anciano se inclina por la ventana y se queda preguntándose.
vii
fuegos artificiales. un muchacho en el perfil de la ventana. los nervios en su rostro tensándose
con cada silbido y crepitar. sus fosas nasales — triángulos que contraen sus
ojos dilatando llama azul.
un conejo salvaje en la ventana. cabeza de pez de yeso oscilando. dedos y rostros
estallan en llamas. él sabe que han puesto pequeños cohetes en sus
zapatos. los siente atravesar el alma de sus pies pero no se mueve.
permanece en el perfil de la ventana mirando a los niños estallar en llamas.
viii
Los sucesos interiores codician su deseo.
Las cuerdas aún no han comenzado su
inevitable aflojamiento.
Con un encogimiento de hombros,
rompe el vidrio en su mano.
ix
8 mm. su vestido azul — aquel que los chicos miran hacia arriba —
en un asta ondeando en la brisa. los lunares blancos
como estrellas violadas.
x
El viejo almacén ardía con furia.
Y con él mis cerillas.
xi
nichos (como labios) tallados en el cuello de una larga
palmera. petardos apretados en un frunce ardiente.
palmeras implosionando, arrancándose de raíz y elevándose por
el espacio, quebrando los dientes de un helicóptero pájaro desprevenido
o de un alma ansiosa que huye en vuelo.
xii
Fuera de secuencia.
Las sombras se alzan.
Fuera de secuencia.
Las sombras inician su asalto.
En perfecta secuencia. Las sombras
lo abrazan como un hermano.
xiii
Soy un hombre y ella respira. sus pezones son balas tiernas tensando
la blusa de algodón. ella se recuesta. yo me planto sobre ella, piernas abiertas,
como un vaquero, como un gigante verde jovial. ella alza la mano, abre mi bragueta
y me saca el sexo. susurra pero no la oigo, me inclino y eyaculo en su mano.
el semen se coagula en una roca blanca y lisa. le fuerzo los dientes con pulgar e índice
y se lo empujo en la garganta.
xiv
No pude ubicar su acento.
Su voz, el ojo hipnótico.
Haría cualquier cosa que dijera.
Entonces me pidió que la matara.
Tomé el cuchillo y hundí
el mango entre sus rodillas
en el colchón.
Le escupí en la cara y salí.
xv
Ella pasó varios minutos inspeccionando las venas
de grasa en la carne sin saber que él esperaba
en la esquina oscura de su dormitorio,
esperando posar sus enormes manos rojas sobre su frágil
cuello, esperando hundir cada dedo — diez salchichas brillantes —
en su pálido y carnoso vientre. esperando empujar dos
puños brutales en su sexo y su ano grasiento.
Ella se lavó la cara y se puso su impermeable de seda verde,
corriendo feliz hacia la noche.
xvi
Pequeñas piedras en mi alféizar.
I.I.I...
xvii
en la playa larga, un hombre con escamas y alas.
la saliva del océano babea su corazón.
la muchacha rubia sostiene una rama de coral.
sus hombros pálidos convocan mosquitos.
las escamas de él desgarran el espacio, el tejido copto
de su blusa. su boca: un diamante rojo hinchado
que calcina…
se mecen como cangrejos tibios.
xviii
la nube clara sobre los prados oscuros.
un beso de carmín brillante.
tras la colina la sirena y las llamas.
xix
la joven prostituta soporta el rito
de mil flores…
después las mujeres retiraron el palo rapado
y las flores marchitas y la dejaron sola
en una pieza pequeña, rayada de luz.
xx
la violencia del agotamiento. portales de colores estallan
en un rostro. el incendiario duerme.
xxi
EL TIEMPO SE DESPLOMA. LA PANTALLA LLENA DE NÚMEROS —
CRAYOLA PRIMARIO. ACCIÓN GRANULADA:
niño pequeño: tengo hambre.
guerra. niños hurgando entre despojos…
trineos de ojos, panfletos grasientos y estatuas
de ángeles.
niños montando… jadeando… lamiendo…
profanando la estatua de los ángeles…
niños hundiendo sus mentones en
las hendiduras agudas que fueron
cuellos de mármol angelical.
cabezas en el campo sonriendo con sarcasmo
hacia el cielo de cera.
fin.
devora el alba
devora el alba
devora el alba
xxii
me follo a un santo hecho de agua.
cuando reaparecemos los pájaros gorjean.
Patty Smith
Anécdotas y datos curiosos
Patti recuerda que no se conocieron hasta 1973, en East 10th Street, frente a St. Mark’s Church, cuando él (Tom Verlaine) se le acercó: “You’re Smith”. Desde ahí frecuentó los primeros conciertos de Television. (Relato de Patti, reproducido en prensa a partir de su ensayo en The New Yorker). Consequence
Relación y colaboración: Fueron pareja en los primeros años de los setenta, dentro de la escena punk de Nueva York; siguieron colaborando artísticamente. (Reseñas y catálogos coinciden en describirlos como “then-lovers” en la época de The Night). Capitol Hill Books
Trabajo conjunto en música: Verlaine co-escribió “Break It Up” y toca la guitarra en ese tema de Horses (1975), hito del cruce poesía-rock de Smith. Wikipedia
El libro y su formato: The Night es un chapbook breve, publicado por Aloes Books (Londres) en 1976, con la ya citada alternancia impares/pares.
Estructura y juego a dos voces. Son 22 piezas alternadas: impares para Smith y pares para Verlaine. Ese ping-pong modela dos temperaturas: lo visionario-sagrado frente a lo eléctrico-irónico; juntos trazan una noche con “propiedades santas y satánicas”. (Sobre la alternancia impares/pares y la atribución a cada autor, lo confirman catálogos de librerías de antiguo y descripciones de la edición de Aloes Books.) Capitol Hill BooksBauman Rare Books
Imaginario: sacrílego y simbólico (ángeles profanados, niños y guerra), con cortes de montaje (“Out of sequence”), éxtasis y asco, erotismo sin maquillaje. Ese choque de mística rimbaudiana y ruido urbano anuncia el tono del punk poético que Smith llevaría al escenario.
Momento histórico: Nueva York 1973–1976: poesía en St. Mark’s, CBGB encendiéndose, la economía rota y la sensibilidad post-Vietnam. Smith y Verlaine están en el mismo vecindario de la fusión poesía-rock que cuaja en Horses (1975), donde Verlaine toca la guitarra en “Break It Up”. Wikipedia
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